Adolescencia
Pelucón está rebelde.
El fin de semana pasado estuvo en casa. Como siempre que va a casa, se alojó en su vieja pecera, más pequeña y con tapa de vidrio.
Bueno, parece que está muy fortachón, porque aprendió a levantar la tapa y a escaparse. Empuja hacia arriba hasta que logra correr la tapa y luego salta.
Así que este fin de semana se la pasó escapándose. Una abajo de la cama, otra hacia la cocina y la última fue a parar abajo del sillón. Sólo lo agarré porque el no me tiene miedo, y la torta que me habia dado mi mamá le era irresistible... lo atraía con una porción y ¡zaz!
Y no contemos que se arrojó de la mesa a una silla y de la silla al suelo (perdiendo el miedo a las alturas repentinamente). Y tampoco, las veces que casi se escapó pero lo agarramos in fraganti.
Lo perdono porque es un gordo lindo, y porque como juez y escribano, me vio ganarle a Adrián 2 veces al chinchón haciendo chinchón completo.
Para completar las aventuras, comimos una fruta que nunca habíamos probado: comprobamos que existe el mango.
El fin de semana pasado estuvo en casa. Como siempre que va a casa, se alojó en su vieja pecera, más pequeña y con tapa de vidrio.
Bueno, parece que está muy fortachón, porque aprendió a levantar la tapa y a escaparse. Empuja hacia arriba hasta que logra correr la tapa y luego salta.
Así que este fin de semana se la pasó escapándose. Una abajo de la cama, otra hacia la cocina y la última fue a parar abajo del sillón. Sólo lo agarré porque el no me tiene miedo, y la torta que me habia dado mi mamá le era irresistible... lo atraía con una porción y ¡zaz!
Y no contemos que se arrojó de la mesa a una silla y de la silla al suelo (perdiendo el miedo a las alturas repentinamente). Y tampoco, las veces que casi se escapó pero lo agarramos in fraganti.
Lo perdono porque es un gordo lindo, y porque como juez y escribano, me vio ganarle a Adrián 2 veces al chinchón haciendo chinchón completo.
Para completar las aventuras, comimos una fruta que nunca habíamos probado: comprobamos que existe el mango.